(Mt 5,43-48): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».
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“Pidámosle hoy el milagro de saberlo descubrir en las necesidades de los otros”.
Comentario: Rev. D. Iñaki BALLBÉ
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«Para ser verdaderamente hijos de vuestro Padre…, que hace salir el sol para malos y buenos»
Múltiples son mis deudas y sobrepasan todo número,
Sin embargo no son tan sorprendentes como tu misericordia.
Muchos son mis pecados,
pero son todavía poca cosa comparados con tu perdón…
¿Quién podrá poner algo de tiniebla
a tu luz divina?
¡Cómo un poco de oscuridad puede rivalizar
con tus rayos, tú que eres tan grande!
¿Cómo la concupiscencia de mi frágil cuerpo
puede ser puesta en la misma balanza
con la Pasión de tu Cruz?
¿Qué es o que pueden parecer a los ojos de tu bondad,
oh Todopoderoso,
los pecados de todo el universo?
Ved que son… como una burbuja de agua
que con la caída de abundante lluvia
desaparece de inmediato…
Eres tú quien da el sol
a los malos y a los buenos,
y haces que llueva indistintamente para los dos.
Para unos la paz es grande a causa de la esperada recompensa;…
pero a los que han preferido la tierra,
tu misericordia les perdona:
les das un remedio de vida con los primeros:
esperas siempre que retornen a ti.