(Jn 15,18-21): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos: «Si el mundo os odia, sabed que a mà me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amarÃa lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mà me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado».
“que os améis los unos a los otros como yo os he amado”
(Jn 15,12-17): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos: «Éste es el mandamiento mÃo: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oÃdo a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mÃ, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».
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Amar a Dios y al prójimo
Cuanto más se está unido al prójimo, más unido se está a Dios. Para que comprendáis el sentido de esta frase os voy a poner una imagen sacada de los Padres: Suponed un cÃrculo trazado sobre la tierra, es decir, una lÃnea redonda dibujada con un compás, y un centro. Precisamente se llama centro el punto más interior del cÃrculo. Poned atención con vuestro espÃritu a lo que os voy a decir. Imaginaos que el cÃrculo es el mundo, el centro Dios, y los radios los diferentes caminos o maneras de vivir que tienen los hombres. Cuando los santos, deseando acercarse a Dios, caminan hacia el centro del cÃrculo, tanto cuanto más penetran en el interior, se acercan los unos a los otros y al mismo tiempo de Dios. Cuanto más se acercan a Dios, tanto más se acercan los unos de los otros; y cuanto más se acercan los unos de los otros, más se acercan a Dios.
Y ya comprendéis que igual ocurre en sentido inverso: cuanto más uno se aleja de Dios para retirarse hacia lo exterior, es evidente que cuando uno se aleja de Dios, más se aleja de los demás, y cuanto más uno se aleja de los demás, más se aleja también de Dios.
Asà es la naturaleza de la caridad. En la medida en que estamos en lo exterior y que no amamos a Dios, en esa misma medida nos alejamos cada uno del prójimo. Pero si amamos a Dios, tanto nos acercamos a Dios a través de la caridad para con él, tanto estamos en comunión de caridad con el prójimo; y tanto estamos unidos al prójimo cuanto lo estamos de Dios.
“Permaneced en mi amor”
(Jn 15,9-11): En aquel tiempo, Jesús habló asà a sus discÃpulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado».
San Francisco afirmaba: «Contra todas las maquinaciones y las astucias del enemigo, mi mejor defensa es el espÃritu de alegrÃa. Jamás el diablo está tan contento como cuando ha podido quitar del alma de un siervo de Dios, la alegrÃa. Tiene siempre en reserva un polvo que sopla en la conciencia a través de un tragaluz, para hacer volver opaco lo que es puro; pero es en vano que intente introducir su veneno mortal en un corazón henchido de gozo. Nada pueden los demonios contra un servidor de Cristo a quien encuentran lleno de santa alegrÃa; pero lo pueden en un alma apesadumbrada, morosa y deprimida que fácilmente se deja sumergir en la tristeza o acaparar por falsos placeres.»
Por eso el mismo santo se esforzaba siempre en mantener el corazón lleno de gozo, conservar este aceite de alegrÃa cuya alma habÃa recibido esta unción (Sl 44,8). Cuidaba mucho el evitar la tristeza, la peor de las enfermedades, y cuando se daba cuenta que ésa empezaba a infiltrarse en su alma, inmediatamente recurrÃa a la oración. DecÃa: «En cuanto empieza a experimentar la primera turbación, el siervo de Dios debe levantarse, ponerse a orar y permanecer ante el Padre todo el tiempo necesario hasta que éste no le haya hecho recobrar el gozo del que está salvado» (Sl 50,14)…
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http://es.catholic.net/aprendeaorar/48/9/articulo.php?id=17161
Permaneced en mÃ, como yo en vosotros
(Jn 15,1-8): En aquel tiempo, Jesús habló asà a sus discÃpulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mà no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mÃ, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sà mismo, si no permanece en la vid; asà tampoco vosotros si no permanecéis en mÃ. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mà y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mà no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mÃ, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mÃ, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discÃpulos».
Recogimiento
Al fondo de ti estoy Yo
‘Me voy y volveré a vosotros’
(Jn 14,27-31a): En aquel tiempo, Jesús habló asà a sus discÃpulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oÃdo que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegrarÃais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el PrÃncipe de este mundo. En mà no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado».
Comentario del Evangelio por
Imitación de Cristo, tratado espiritual del siglo XV
Libro I, c. 11
« Mi paz os dejo, mi paz os doy »
Mucha paz tendrÃamos si en los dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen, no quisiéramos meternos. ¿Cómo quiere estar en paz mucho tiempo el que se entromete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sà poco o tarde se recoge? ¡Bienaventurados los sencillos, porque tendrán mucha paz! ¿Cuál fue la causa porque muchos de los santos fueron tan perfectos y contemplativos? Porque estudiaron en mortificarse totalmente a todo deseo terreno; y por eso pudieron con lo Ãntimo del corazón allegarse a Dios y ocuparse libremente en sà mismos. Nosotros nos ocupamos mucho con nuestras pasiones, y tenemos demasiado cuidado de lo que es transitorio… Y pocas veces vencemos un vicio perfectamente; ni nos alentamos para aprovechar cada dÃa; y por eso nos quedamos tibios y aun frÃos.
Si estuviésemos perfectamente muertos a nosotros mismos, y en lo interior desocupados, entonces podrÃamos gustar las cosas divinas, y experimentar algo de la contemplación celestial. El impedimento mayor es que somos esclavos de nuestras inclinaciones y deseos, y no trabajamos por entrar en el camino perfecto de los santos. Y también, cuando alguna adversidad se nos ofrece, muy presto nos desalentamos, y nos volvemos a las consolaciones humanas. Si nos esforzásemos más en la batalla a pelear como fuertes varones, verÃamos sin duda la ayuda del Señor que viene desde el cielo sobre nosotros… ¡Oh! ¡Si mirases cuánta paz a ti mismo, y cuánta alegrÃa darÃas a los otros rigiéndote bien, yo creo que serÃas más solÃcito en el aprovechamiento espiritual!
Valor
No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Juan 14:27
“Si me pedÃs algo en mi nombre, yo lo haré”,
Repetir cien veces…
Gracias
“Que os améis unos a otros”
(Jn 13,31-33a.34-35): Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sà mismo: pronto lo glorificará.
»Hijos mÃos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discÃpulos mÃos, será que os amáis unos a otros».
“El que crea en mÃ
hará él también las obras que yo hago”.
(Jn 14,7-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos: «Si me conocéis a mÃ, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto».
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mÃ, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mÃ? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mà es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mÃ. Al menos, creedlo por las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que crea en mÃ, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedÃs algo en mi nombre, yo lo haré».
Gracias Madre Santa
Por las personas que se ponen al teléfono
Oración rápida
Dame calma para leerte
Mantener siempre abierto
El canal de rezos
Dame constancia
Y productividad.
Gracias Dios mÃo.
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mû
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mû
(Jn 14,1-6): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discÃpulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mÃ. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habrÃa dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mû.
Gracias!
Un paseo
Una vida
Un poco más de fe
Querida Virgen del Pilar
Te pido ayuda hoy también
Te pido ayuda cada minuto
Para todo
Para pensar, para que me ilumines, para lo que quieras decirme
Gracias, Madre Santa.
“No es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envÃa”
(Jn 13,16-20): Después de lavar los pies a sus discÃpulos, Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envÃa. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplÃs. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: el que come mi pan ha alzado contra mà su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envÃe me acoge a mÃ, y quien me acoja a mÃ, acoge a Aquel que me ha enviado».
Gracias Dios
Ayúdanos a dar un buen dÃa
Que te sepamos rezar
Que te sepamos querer
Y estar alegres
Web para rezar
Oraciones diminutas
En esta cajita blanca
Un blog para rezar
Te pido todo otra vez
Gracias Dios
Por otro dÃa de vida
Junto a mi Amor
Ayúdame a ser mejor
«Yo y el Padre somos uno»
(Jn 10,22-30): Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judÃos, y le decÃan: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dÃnoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mÃ; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».
Blog para rezar
Ahora rezo
Como puedo
En un hueco
Que me gustarÃa hacer enorme
Que todo fuera rezar
Esa quietud
En Tus brazos
Madre Eterna
Virgen del Pilar
Rezar
En este blog
Sólo rezar
Y pedir
Un poco de paz
“Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. “
(Jn 10,1-10
Ayúdame, Dios mÃo.
El espÃritu es el que da vida
(Jn 6,60-69): En aquel tiempo, muchos de sus discÃpulos, al oÃrle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discÃpulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?. El espÃritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espÃritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabÃa desde el principio quiénes eran los que no creÃan y quién era el que lo iba a entregar. Y decÃa: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mà si no se lo concede el Padre».
Desde entonces muchos de sus discÃpulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».
«El espÃritu es el que da vida»
«El espÃritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espÃritu y son vida».
Juan 6:63
‘el que cree, tiene vida eterna’
(Jn 6,44-51): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mÃ, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último dÃa. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mÃ. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
Es algo voluntario: ‘el que cree, tiene vida eterna’.
“Si uno come de este pan, vivirá para siempre”
Jn 6:27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.»
6:39 Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último dÃa.
6:51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.»
Juan, 6,35
«Yo soy el pan de la vida. El que venga a mÃ, no tendrá hambre, y el que crea en mÃ, no tendrá nunca sed».
«Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello»
Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado». (Jn 6,22-29)
Aún no he subido al Padre
No me toques, que aún no he subido al padre.
Sus ojos no lo reconocÃan.
La primera aparición a MarÃa Magdalena, Jesús aún no ha subido al Padre, está resucitado, pero justo antes de subir al cielo.
Cuando se aparece a los que van a Emaús, sus ojos no podÃan reconocerle.Pero sus corazones ardÃan mientras les hablaba.
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